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2 de diciembre de 2007, a las 19.11 horas, en la mismísima Bombonera, Lanús se consagraba luego de 92 años, 10 meses y 29 días CAMPEÓN del Fútbol Argentino por primera vez en su historia.
Un largo recorrido realizó el equipo para alcanzar el logro.
El torneo empezó mal, con un 3-5 ante Independiente, en cancha de Racing. Lanús fue más que el equipo de Avellaneda. Cuando el match estaba igualado en tres, la expulsión de Sand, y luego, el cuarto gol del rojo en donde Bossio tuvo responsabilidad, inclinaron la balanza a favor del local. Quedó la franca concepción de que el Grana había sido más, pero que no había alcanzado.
El Globo de Parque Patricios volvía a primera luego de una larga permanencia en la B Nacional. Clásico de los 90´, terminó en empate en uno con gol de Valeri. Otra vez el equipo de Cabrero merecía ganar y se quedaba con sabor a poco. Pelusa fue la figura del equipo, aunque se fue expulsado por doble amarilla.
A viajar a Santa Fe para visitar a Colón. Volvían Pelletieri y Sand al equipo, Lanús hacía un buen primer tiempo y se iba en ventaja con gol de Sand de penal. Pero un segundo tiempo para el olvido, más la precisión de Gandín y Centurión en sendos tiros libres, determinaban otra derrota. El viaje de vuelta tenía el clima de un velorio.
Muchas expectativas creadas, para llegar con solo un punto sobre nueve y un panorama que preocupaba. El Grana había jugado mal y solo faltaban dos fechas para visitar a Banfield.
Cuarta fecha y a recibir a Olimpo. Muy buen primer tiempo del equipo de Cabrero, que se había puesto en ventaja con gol de Sand de penal, pero González puso la paridad para los de Bahía sobre el final. En el complemento, el Grana no repitió la buena producción del comienzo y sufrió mucho. Bossio salvó dos veces la derrota y sobre el final, dos enganches de Biglieri con posterior remate y rebote en Martínez, ponían el 2 a 1 final, consiguiendo la primera victoria del torneo.
Quinta fecha y clásico. La parcialidad Granate colmó, como siempre, la tribuna que da a Granaderos. Fritzler ingresaba al equipo titular para quedarse e ir definiendo el doble cinco junto a Pelletieri.
Penal inventado para el local, que Luchetti cambia por gol. Roja para Herner por propinarle una tremenda patada a Acosta. Centro de Velázquez que peina Sand en el primer palo, la pelota vuela y se clava en el segundo poste. Golazo que Pepe grita en toda la tribuna de Lanús. Luego, otra vez Il Cappo aguanta la pelota, mete una media vuelta y define a la izquierda del arquero. Segundo para Lanús, segundo para Pepe, y plena algarabía en la tribuna del más grande del sur.
Segundo tiempo emotivo, roja para Acosta, Lanús lo pudo definir, Banfield lo pudo empatar, pero llegó el final y las chapas quedaron como estaban: uno para el esta vez Blanco y Verde, dos para el Granate. Justo triunfo de Lanús, en un juego que marcó un clic en la campaña, en la relación hinchas-jugadores, y en la vida de Sand, que se recibió de ídolo.
Lo bueno seguiría con otra victoria, esta vez de local y al trote, ante Gimnasia de Jujuy, por 2 a 0 con goles de Aguirre y Valeri de penal.
Viajamos a Rosario a enfrentar a un Newell´s que venía a los tumbos. Roja para Sigali y a jugar 45 minutos con uno menos. La suerte se vistió de Granate y Lanús se trajo un punto de oro, luego de recibir cuatro remates leprosos en los palos.
Octava Fecha para recibir a San Lorenzo. Espectacular primer tiempo Granate, de galera y bastón, para irse al descanso 3-0 arriba, con goles de Sand, Valeri y Acosta. En el complemento, descontaría Romeo, aumentaría Pelletieri, mientras Adrián González y Romeo le meterían incertidumbre al resultado. 4 a 3 final para Lanús en uno de esos partidos en los que hay que ganar por mucho pero se termina apretado sin explicación.
Fecha nueve, River en el Monumental. El equipo de Nuñez nos superó en todo el campo. 3 a 1 inapelable a favor del Millonario. Sand convirtió el gol Granate, reavivando por tercera vez en el torneo la ley del ex. Pepe lo gritó de lo lindo ganando insultos de los hinchas del equipo local y halagos infinitos de los Granates, que sentían cada vez más como el nueve pagaba con goles y cariño la compra del pase.
Décima fecha del Apertura, cansancio porque el equipo venía disputando campeonato y Copa Sudamericana, y Cabrero apuesta por un equipo alternativo. El Granate recibe a Estudiantes y solo Bossio y Viera son los habituales titulares que salen desde el inicio. Encima, el Patrón se rompe el tendón de Aquiles. Pelletieri entra para ordenar el asunto, pero otra vez es expulsado Sigali. El Grana ya empieza a ver el empate con buenos ojos, entra Faccioli por Manicero, Arce por Blanco y a bajar la persiana se ha dicho. Pero Arce le mete un pelotazo a Jiménez y Malingas, que había jugado muy mal, mete un gol de emboquillada ante la salida de Andujar. Festejo y desahogo. El equipo estaba en la Copa y seguía vivo en el torneo local.
Viaje a Brasil para enfrentar a Vasco en Río. Increíblemente, Lanús pierde por 3 a 0 y es eliminado del torneo continental. Sorpresa y desazón en un torneo que parecía que podía ser nuestro.
A dedicarse de lleno al torneo local entonces.
Arriba el ánimo, a visitar a Racing en Avellaneda. Empate en uno en otro partido que Lanús debió ganar. Sand mojaba el pancito de tiro libre.
Otra vez entre semana, esta vez por la tarde, a recibir a Vélez. Equipo que nos supo generar diversas amarguras, se ha transformado en un rival vencible. En esta oportunidad, Lanús le ganó por 2 a 1 con goles de Sand, dándole un sainete bárbaro en el primer tiempo, y sufriendo innecesariamente otra vez en el complemento. Lanús se encaramaba al lote de los de arriba.
Fecha clave la 13º. Independiente perdía ante Newell´s en Rosario y Lanús visitaba a Arsenal. Sand otra vez decía presente para marcar el único gol del match. Bossio salvaba a Lanús sobre la hora y la frase “...tiene la suerte del campeón...” comenzaba a escucharse por las gradas.
La fecha 14 fue la fecha de La 14. Lanús se trepó a la punta para no abandonarla nunca más. Goles de Valeri y Blanco para llegar a la cúspide. Buen partido de Lanús, que superaba la presión y las responsabilidades. Los medios empezaban a hablar del Granate como serio candidato. Independiente perdía con San Lorenzo y los de Ramón Cabrero tomaban las riendas del torneo.
Resulta ser que el recién ascendido Tigre se había metido, silbando bajito, en la lucha. Casi 40.000 Granates decían presente en el Díaz Pérez para alentar al piberío. Lanús fue mucho más que un digno Tigre y lo venció por 2 a 1, con goles de Sand, en el primer tiempo, empate de Lázzaro y cabezazo de Fritzler en el complemento para poner cifras definitivas, en uno de los goles más gritados del torneo. La cosa se ponía linda, Lanús no se achicaba y no le daba el gusto del tropiezo a los perseguidores.
Rosario era el nuevo destino y un Central bastante alicaído era el rival. La marea Granate invadió la tierra del Negro Olmedo y se trajo un 4 a 1 a favor, dando una clase de fútbol en el segundo tiempo. Ventaja a través de Blanco tras pase de Valeri en la primera parte y empate de Vizcarra apenas comenzado el complemento. A partir de allí, Valeri se visitó de Hugo Morales, de Silva, de Lugo, de Acosta, de De Mario y de Valeri y definió el partido a su antojo. Centro de Pelusa, gol de Ribonetto de cabeza, avivada del 8 para que Sand estire la ventaja y cuarto gol de papi fútbol, a un toque entre varios players para que El Diego de Valentín Alsina se mande un slalom gigante, despatarre al arquero y a los defensores y defina cruzado.
Lanús se recibía así definitivamente de candidato. Los hinchas de Independiente, Boca, Tigre y Banfield le prendían velas a los santos para que Lanús pueda meter algún rebaje en semejante andanada de éxitos.
Llegaba la fecha 17º, el rival era Argentinos Juniors. Lanús no juega bien, y empata en cero. Independiente quedaba definitivamente en el camino, Tigre había ganado y seguía en la lucha pero Boca perdía con Arsenal y todo esto acercaba a Lanús, aunque sea un pasito más, al título.
La Fecha diecinueve adelantó dos partidos entre semana. Tigre ante Boca y Lanús ante Gimnasia (LP) se jugaban antes que la fecha 18, ya que los Xeneizes debían viajar a Japón a jugar el mundial de Clubes. Idas y vueltas, marchas y contramarchas, determinaron que el 28 de noviembre se jugaran estos dos cotejos de la última fecha, cuando aún no se había disputado la anteúltima.
Todo hacía suponer que Lanús podía consagrarse ese día. El Granate debía esperar que Tigre no gane para luego sí obtener su propio triunfo. Pero los de Zona Norte, darían lucha hasta el final y vencerían a Boca por 2 a 1, aún cuando arrancaron perdiendo. Toda la presión para Lanús, que comenzó el partido un poco confundido, pero que lo abrió con gol de Sand de cabeza, y a partir de allí, se despachó con otra actuación de las buenas. Sand pondría también el segundo, Valeri el tercero y Nelson Benítez, en el mejor gol del torneo, en una jugada que fue de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, y que tuvo 22 toques, puso el 4 a 0 definitivo. Lanús quedaba a un paso de la gloria. Con solo sacar un punto ante Boca, o aún perdiendo, siempre que no ganara Tigre, se consagraría campeón.
Lanús ya había amargado a Boca el 10 de diciembre del 2006, ganándole e impidiendo que el equipo de La Ribera se consagrara Campeón. Esta vez debía ir a jugar por lo suyo, y el local que mostraba sed de venganza, otorgando solo 2.860 entradas al equipo que estaba por ser Campeón.
Muchos más que esos fueron los Granates que dijeron presentes en la bombonera. Más de 5.000 entre colados, gente en otras tribunas, en otros sectores, además de 15.000 personas que lo siguieron en nuestro estadio a través de una pantalla gigante, vivieron el partido a full.
El equipo tranquilo, manso, manejó el primer tiempo a conveniencia. El gol de Sand de cabeza, hizo vibrar los corazones. Al descanso nos fuimos ganando nosotros y empatando Tigre. Al volver en el segundo tiempo, Tigre recibía un gol de Argentinos, además de un expulsado y ahí sí, ya no quedaban dudas. Por más que luego empató Boca, las cartas ya estaban echadas.
El Final llegó a las 19:11 horas y Lanús salía Campeón.
El Club alcanzaba una gloria merecida. Con un plantel basado en el rendimiento de los frutos de sus divisiones juveniles e infantiles, acompañado además magistralmente por hombres experimentados que fueron rápidamente “adoptados” por el club y sus hinchas. Estos jugadores quedaron en la historia y aportaron para la grandeza institucional una estrella incomparable y sublime. Con un cuerpo técnico también Made In Lanús. En un año en el cual Lanús ganó los dos juegos ante Banfield: Acá, allá y donde se hubiera jugado. Todo a pedir del hincha.
Pero no sería lo mismo, si la manera hubiera sido otra; si el recorrido social, deportivo e institucional estuviera empequeñecido por concesiones a principios o retrocesos ideológicos. Lanús llegó a la Gloria Deportiva sin retroceder en sus sueños e ideales fundacionales; jamás dejó de ser primero un club; luego uno comprometido con sus raíces populares, con el nombre y el pueblo de su ciudad de origen; también sin claudicar en una transparente conducta dirigencial a lo largo de muchos años, apostando por un proceso de largo plazo sin claudicaciones: Para que Blanco tire el centro que terminó en el gol de Sand ante Gimnasia de La Plata, hace diez años un dirigente cuidaba, educaba y formaba a Blanquito.
Los secretos no existen: Trabajo, Honestidad, Transparencia y Amor son palabras que están a flor de labios de los que participan de una u otra manera en la institución.
Reivindicar nuestro propio recorrido histórico es indispensable, para valorar adecuadamente lo pasado, enorgullecernos legítimamente de los logros, pero sobre manera para defender lo obtenido.
Llegó como no podía ser de otra manera, acompañado por toda la ciudad, que, como dijo aquél querido poeta granate en la marcha alusiva “...saluda alborozada al vencedor que supo ceñir sobre su frente, laureles victoriosos de CAMPEON...”.
Lanús es hoy orgullo de sus socios e hinchas, en general de todos los vecinos de su ciudad y referente inevitable para el deporte nacional.
Querido y glorioso más que nunca; amado y vivado como siempre; respetado y valorado sobre todo por quienes transitan la desorientación, el miedo a las hazañas populares y a las gestas que llevan el compromiso de generaciones. No dejemos de alentar los sueños Granates, que pintan cada vez más estrellas arriba del escudo, ni más obras, ni más pibes vistiendo la sagrada vestimenta.
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